La Cúcuta Emergente: creer para construir
Durante años, Cúcuta ha sido vista como una ciudad frontera, marcada por los desafíos del desempleo, la informalidad y la violencia. Pero en medio de esas complejidades, algo nuevo está surgiendo: una ciudadanía que decide creer, un tejido productivo que se reinventa, y un talento joven que se forma para transformar.
A eso lo llamamos la Cúcuta Emergente.
No es una etiqueta optimista ni un simple eslogan. Es una forma de ver lo que ya está pasando: empresas que apuestan por la innovación local, como el caso de CENS con videojuegos educativos hechos por jóvenes cucuteños; profes que llevan la ciencia a los barrios; emprendedores que visten a selecciones nacionales e internacionales desde talleres familiares; y líderes sociales que trabajan por la paz en los rincones más difíciles del territorio.
Creer en Cúcuta no significa negar los problemas. Significa reconocer que también tenemos ventajas para construir caminos alternativos de posibles soluciones que nos permitan jugar para ganar. Un capital humano diverso, industrias con potencial, universidades comprometidas y una comunidad que quiere más.
En un mundo donde las ciudades compiten por talento, inversión y visibilidad, la principal tarea que tenemos como cucuteños es dejar de pedir permiso para soñar en grande. Creer que podemos ser una ciudad tecnológica, creativa, sostenible. Porque el primer paso para transformar a Cúcuta es dejar de verla como lo que fue, y empezar a imaginar lo que puede ser.
La Cúcuta Emergente ya existe. Solo falta que más personas se sumen a construirla.
Te invito a escuchar y compartir las historias de la Cúcuta que está despertando en el podcast Yo Creo en Cúcuta. Suscríbete al canal de YouTube de David Alvarado Muñoz y ayúdanos a amplificar las voces que están cambiando el rumbo de la ciudad.